Economía
Avanza la normalización del mercado de cambios. El BCRA anunció tres medidas que flexibilizan las restricciones vigentes -ver Resumen semanal para más detalles-: se cambió el esquema de pago de importaciones; se amplió el monto exceptuado de liquidación de exportaciones de servicios; se quitaron prohibiciones para acceder al MEP y CCL.
Una buena noticia pero con fuerte impacto en el balance cambiario. La mayor demanda por importaciones podría implicar unos US$ 5.000 M adicionales, que se concentrarán en septiembre, octubre y noviembre (meses en los que aún habrá que pagar un remanente de las cuotas de 25% de mayo-julio, y las nuevas de 50%). Asimismo, el punto ii) del primer párrafo retraerá la oferta de divisas -aunque su impacto final es menos claro-.
La incógnita entonces pasa por dónde saldrán los dólares.Los anuncios se dan justo en un momento en el que la dinámica cambiaria se alteró de manera notable, y en donde las perspectivas hacia adelante tampoco son favorables. En relación con lo primero, basta con repasar algunos números: i) el BCRA compró neto US$ 14.400 M durante enero-mayo, pero vendió US$ 47 M en junio y US$ 6 M en lo que va de julio; ii) las reservas netas (RIN) cayeron US$ 3.500 M en los últimos 30 días; iii) la brecha cambiaria pasó de 20% en marzo-abril a 30% en mayo y 40%-45% en la actualidad (e incluso llegó a 50%-60%, antes de los anuncios de intervención del banco central).
Si bien era esperable que el BCRA pierda reservas en el segundo semestre -estaba estipulado en el acuerdo con el Fondo-, dicho período se adelantó y ahora los ojos se posan sobre los próximos meses. De no haber una recalibración del esquema cambiario, las RIN oscilarán en niveles sumamente bajos en lo que resta del año, lo cual atenta contra la eliminación de las restricciones vigentes. ¿Qué podría alterar el panorama? Otro acuerdo con el FMI, que incluya nuevos desembolsos -además de una modificación en la política cambiaria-.
En conclusión, las nuevas medidas son positivas y van en la dirección correcta. Ahora bien, implican una mayor demanda y una menor oferta de dólares en el MLC, en un semestre en el cual ya se advertía que el BCRA iba a perder reservas –ver NEF-; y, si bien el blanqueo aportaría algo de dólares, no modificaría la ecuación -incluso siendo optimistas-. ¿El principio del fin del “cepo”? Dependerá principalmente de si el gobierno i) recalibra el esquema cambiario y ii) llega a un acuerdo con el Fondo que incluya nuevos desembolsos. Si bien ninguna de las dos está incluida en nuestra proyección de RIN (que sí considera financiamiento neto de OOII por US$ 1,2 MM, como pronostica la última revisión del EFF), nuestro escenario base asume que ambas cosas sucederían este año.
Finanzas
El contexto internacional también juega, y cada vez más fuerte. Esta semana, el índice Nasdaq sufrió la peor baja diaria desde mediados de 2022 y volvió a los mismos precios del inicio de junio y se encuentra 9% por debajo del pico del 11 de julio. Algo similar sucedió en el índice S&P 500, que retrocedió poco más de 4% desde su máximo. La principal diferencia apunta a que las compañías tecnológicas fueron las que dieron la noticia negativa de la semana.
Varios indicadores podían convalidar la teoría de que el mercado norteamericano venía “sobrecalentado”. En particular, el indicador PE (Price to earnings) se encontraban en pleno ascenso. El índice PE para la acción de Nasdaq se sitúa en 35,59 a julio de 2024, lo que representa un incremento de 36% respecto del promedio de los últimos 4 trimestres. Es cierto que aquí se dieron 2 factores en paralelo: el primero es que la economía norteamericana logró un aterrizaje suave procurando que la inflación se reduzca sin afectar los niveles de empleo y que la implementación y el avance de la IA, generan dudas sobre si los ingresos son los que seguirían ajustando al alza y el indicador no debería necesariamente descender en precios.
Por el contrario, esta semana fueron 2 las novedades que sacan potencia a estos los argumentos para seguir sosteniendo los precios actuales. El primero tiene que ver estrictamente con balances de las compañías que fueron presentados esta semana, las bajas de mediados de esta semana estuvieron lideradas por fuertes caídas de todos los miembros de los ‘Magnificent Seven’ después de que Tesla (TSLA) y Alphabet, matriz de Google (GOOGL), decepcionaran con sus informes del resultado de ganancias.
En segundo lugar, los recientes datos de actividad económica dan cuenta de que la recesión, que previamente se había evitado, podría estar ahora más cerca. Esta semana, los datos de compra de durables en junio, vinieron muy por debajo de lo esperado (6,6% vs. +0,3%). Algo similar sucedió con el número de casas vendidas a familias, que se encontró 3,5% por debajo de lo que se esperaba. Estos sucesos se suman al discurso de la Reserva Federal del mes previo en el cual, se dejó trascender que la baja de tasas estaba más cerca. La próxima reunión de la FED ocurrirá en 5 días, aunque el mercado no espera que ocurra una nueva baja ahora, sino más bien en septiembre, donde la probabilidad de que se baje al rango de 5%-5,25% se cercano al 88% según el mercado. Algunas voces, como la de Bill Dudley, quien fue presidente de la Reserva Federal de NY, ya opinan que la baja de tasas debería ser en la próxima reunión.
Finalmente, lo que seguirá haciendo ruido de aquí en adelante es como cambiará la imagen de los candidatos presidenciales ya ocurrida la baja del actual mandatario, Joe Biden. Por el momento, una victoria asegurada de los republicanos vuelve a entrar en discusión y la tensión en los mercados puede durar algo más de lo esperado.