Economía
En la primera semana completa tras la implementación del nuevo esquema cambiario, los dólares mostraron cierta volatilidad -algo esperable-. Por un lado, el tipo de cambio (TC) mayorista bajó $100 el lunes hasta llegar a $1.070; luego, subió todos los días -a excepción de hoy, que prácticamente no varió- y cerró en $1.174, el mismo valor que el viernes pasado. Por su parte, tanto el MEP como el CCL evidenciaron movimientos similares y finalizaron en $1.184 y $1.201, respectivamente.
Dado que el TC oficial no tocó ninguna de las bandas, el BCRA no intervino en el mercado de cambios (MLC). Pese a que el acuerdo con el FMI permita adquirir divisas al interior de la misma, el gobierno ya aclaró en reiteradas oportunidades que, salvo que toque el piso de $1.000 (en realidad, hoy es algo menor, ya que disminuye a un ritmo diario de 1% mensual), el banco central no efectuará compras. Habrá que ver si modifica su comportamiento en el futuro, pero por el momento resulta evidente quedicho compromiso es innegociable.
El equipo económico confía en que el TC mayorista convergerá al piso, y está haciendo todo lo posible para que esto suceda. Por ejemplo, el presidente Milei reconfirmó que la baja temporal de las retenciones a los principales cultivos no se extenderá y concluirá el 30 de junio, lo que apunta a incentivar la liquidación en los próximos meses. Asimismo, se introdujeron cambios que flexibilizan el acceso al MLC para inversores no residentes (ver link), con la expectativa de atraer dólares del exterior.
Aunque efectivamente el TC pueda llegar a tocar la banda inferior en el corto plazo, el hecho de que el BCRA no haya comprado divisas a $1.070 el lunes (un valor incluso menor a los $1.078 del 11/04, día previo al nuevo esquema) hace pensar que la prioridad del gobierno no es seguir acumulando reservas, sino consolidar el proceso de desinflación. Si bien hoy las RIN[1] están en US$5.800 M y las brutas por encima de los US$39.000 M, faltan en torno a US$5.000 M para el cumplimiento de la meta establecida en el acuerdo con el FMI para el 13/06, dado el flujo de ingresos y egresos esperados (y considerando que deben excluirse los desembolsos del Fondo).
Además, independientemente de lo anterior, el BCRA podría aprovechar y seguir recomponiendo su activo: pese a que el nivel actual de reservas es muy superior al de meses -y años- atrás, esto se explica más que nada por el desembolso del FMI. Pero considerando i) el abultado perfil de vencimientos en moneda extranjera de los próximos años, y ii) que los mercados internacionales siguen cerrados para la Argentina, no sería una mala idea que el banco central compre dólares, incluso entre medio de las bandas. No obstante, tal como como se dijo, el gobierno confía en que el TC irá al piso y en consecuencia el BCRA adquirirá reservas, y que el Tesoro volverá a colocar deuda en el extranjero a la brevedad. En relación con esto último cabe destacar que, si bien el riesgo país durante el último tiempo respondió más a factores internos que externos, este año, tras la mayor volatilidad financiera a nivel mundial, se acopló al EMBI (de hecho, desde fines de 2024 aumentaron prácticamente lo mismo).
Por último, el equipo económico y el FMI han dicho que el objetivo de mediano plazo es pasar a un régimen de flotación pura, en el cual el nivel de reservas dejaría de ser relevante. ¿Por qué? En estos esquemas, el mercado ajusta vía precio (P) y no cantidades (Q); entonces, ante un eventual exceso de demanda, no haría falta que el BCRA venda reservas (Q) sino que el MLC se equilibraría a un mayor nivel de TC (P). Pero, dada la historia argentina, ¿es realmente factible/recomendable que el país adopte un sistema 100% libre? Incluso países de muchísima más estabilidad, con esquemas de flotación, intervienen en casos de extrema volatilidad (ej.: Brasil).
Finanzas y mercados
En el plano internacional, esta semana estuvo marcada por dos hechos que trajeron algo de calma a los mercados. Por un lado, el presidente de Estados Unidos aseguró que no tiene planes de despedir al titular de la Reserva Federal (FED) – recordemos que la semana pasada Trump había puesto en duda la independencia del organismo al intentar persuadir a Jerome Powell de bajar pronto la tasa de política monetaria -. Por otro lado, el presidente de los Estados Unidos cambió de tono respecto a su postura frente a China y acercó posiciones. En una conferencia de prensa, la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó que se están logrando avances comerciales con China en la dirección correcta. En la misma línea, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, sostuvo que las dos mayores economías del mundo deberán encontrar mecanismos para fortalecer la cooperación bilateral y resolver sus diferencias comerciales de manera constructiva.
A raíz de estas señales políticas, las principales bolsas registraron notables subas (Nasdaq +6% y S&P +5%, semanal), mientras que la tasa de los bonos del Tesoro a 10 años permaneció en 4,3%. El índice dólar se mantuvo cerca de su piso en 98 puntos durante gran parte de la semana, repuntando hacia el cierre, mientras que el oro marcó un nuevo máximo histórico de 3.425 USD por onza, retrocediendo levemente hacia el final de la semana.
En el plano local, las autoridades del BCRA anunciaron el miércoles que pusieron a disposición del Gobierno Nacional el remanente de las utilidades obtenidas en el ejercicio 2024, esto es, $11,7 de $19,4 billones, lo que le otorga más holgura al Tesoro para afrontar los vencimientos de deuda venideros. En efecto, en la licitación del jueves el Tesoro adjudicó $5,23 billones (bn) sobre un total de vencimientos de $7,48 bn, lo que implicó un rollover del 70,1%.
El 90% de lo colocado fue a través de instrumentos a tasa fija, conformado por reaperturas de dos LECAPS a agosto y septiembre y tres BONCAPS a octubre 2025, enero 2026 y enero 2027. La tasa efectiva mensual (TEM) promedio ponderada de estos activos se situó en 2,7%. Algo a destacar es que en la licitación previa el Tesoro había podido colocar instrumentos a no más de 90 días y convalidó tasas a 3,7%. Es decir, ha podido extender la duration de la deuda a tasas de financiación más bajas. El resto de lo licitado fue mediante bonos ajustados por inflación y un bono dollar linked (este último había quedado desierto en la licitación pasada). Hacia adelante se espera que las tasas puedan bajar un poco más ahora que el Gobierno está buscando inyectar más liquidez al mercado en vistas de una potencial mayor demanda de dinero. Cabe destacar que el dato de febrero fue positivo en términos de actividad económica (+0,8% desestacionalizado) aunque marzo no augura haber sido uno positivo.
Al respecto, las tasas implícitas de los contratos de dólar futuro, que se habían despegado fuerte de las tasas en pesos en los días de mayor incertidumbre sobre el rumbo del esquema cambiario (ver NEF), se han estado empezando a acercar más a las tasas fijas en pesos en los últimos días, incluso ayer cerrando por debajo, aunque todavía presentando cierta volatilidad.
Finalmente, los mercados tuvieron un arranque desfavorable, pero recuperaron durante la semana. El índice MERVAL medido en dólares CCL creció 0,2% semanal, impulsado principalmente por Globant (+12,6%), Loma Negra (+7,25%) y Aeropuertos Argentina (+6,7%), mientras que los bonos en dólares subieron 2,6 p.p. en su paridad promedio ponderada y el riesgo país cayó 7,1% semanal.
[1] Reservas Internacionales Netas.