Invecq Consulting

¿Qué pasó con la pobreza en 2024?

Economía

La pobreza en Argentina cayó del 41,7% en II-S 2023 (segundo semestre) al 38,1% en II-S 2024, según datos del INDEC. Esta reducción se dio a pesar del aumento en los gastos fijos de los hogares, lo que generó debate en relación con la medición estadística versus la percepción de las familias.

La pobreza se calcula utilizando la metodología vigente desde 1992, basada en la comparación entre los ingresos de la población, relevados por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), y la valorización de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y la Canasta Básica Total (CBT). Una persona es considerada pobre (indigente) si sus ingresos no alcanzan para cubrir el costo de la CBT (CBA).

Al analizar la evolución de las canastas en relación con la inflación en II-S 2024 respecto del mismo período de 2023, se observa que, mientras la inflación acumulada alcanzó el 187,2%, la CBA aumentó un 164,1% y la CBT un 179,1%. La menor suba de la CBA y CBT relativa al IPC explica, en parte, el fenómeno descripto en el primer párrafo.  Esto ocurre debido a que la CBT asigna mayor peso a los bienes, el rubro donde más se evidencia esto es en alimentos y bebidas (33% de la CBT vs. 23% en el IPC-GBA), lo que indica que la medición de la pobreza está más influenciada por la evolución de los precios de estos productos. Como la inflación en bienes fue menor que la inflación de servicios en 2024, esto contribuyó con la reducción de la tasa de pobreza. Un factor que influyó en esta baja fue la política cambiaria de crawling peg del BCRA al 2% mensual; lo que impactó directamente en bienes como alimentos y bebidas, y menos en los servicios.

A pesar de la baja en la pobreza, esto no implica necesariamente que la situación económica de los hogares haya mejorado en términos de ingresos disponibles o capacidad de consumo. La metodología de medición de la pobreza se enfoca exclusivamente en el nivel de ingresos y no en la composición del gasto de esos ingresos por parte de los hogares. Como consecuencia del necesario proceso de realineamiento de precios relativos que demandaba la normalización de la macroeconomía, a lo largo de 2024 los componentes fijos del gasto de un hogar, como servicios públicos (luz, gas, agua), transporte y salud (prepagas), han aumentado su participación en el presupuesto familiar, restando capacidad de consumo en otros bienes.

Según estimaciones propias, para una familia tipo de cuatro personas (dos adultos con ingresos y dos hijos/as), sin educación ni salud privada, la proporción del ingreso destinada a gastos fijos aumentó en 10 puntos porcentuales en II-S 2024 en comparación con el mismo semestre 2023. Mientras que en la segunda parte de 2023 los gastos fijos representaban en promedio el 38% de los ingresos, en la segunda mitad de 2024 ese porcentaje ascendió al 48%, reflejando el impacto del reacomodamiento de precios relativos, especialmente en servicios.

Sin embargo, si se analiza una familia tipo de cuatro personas (dos adultos con ingresos y dos hijos/as) pero que además de dos ingresos laborales, recibe dos Asignaciones Universal por Hijo (AUH) más una tarjeta alimentar correspondiente a dos hijos, la proporción destinada a gastos fijos aumentó 8 puntos porcentuales -menos que el caso anterior-, contrarrestando parcialmente la caída del ingreso disponible de estos hogares. Lo que significa que en cierta medida la política de ingresos llevada a cabo durante 2024 por el gobierno buscó y logró suavizar la caída ingresos de los deciles más pobres.

Hacia 2025, según estimaciones privadas como las de Martín Rozadas (UTDT), la pobreza continuaría en descenso. En febrero de 2025, la proyección indica que la tasa podría ubicarse en torno al 36%. Esta tendencia se explica nuevamente en parte por la evolución diferencial entre la inflación y el crecimiento de la CBA y la CBT. Para el primer bimestre de 2025 en comparación con el último semestre de 2024, la inflación acumuló una suba de 10,8%, mientras que la CBA lo hizo en un 7,2% y la CBT en un 7,9%, lo que podría seguir reduciendo la incidencia de la pobreza.

Sin embargo, será clave lo que ocurra en las próximas semanas con el acuerdo con el FMI y la política cambiaria que se implemente, ya que un salto en el tipo de cambio o una aceleración del crawling peg podría impactar en el precio de los bienes y por ende en la inflación (aunque creemos que en una magnitud baja), revirtiendo parcial y transitoriamente la fuerte baja en la pobreza registrada por el INDEC.

Finanzas y mercados

El presidente Donald Trump anunció este miércoles que aplicará desde el 5 de abril un arancel con un piso del 10% a las importaciones provenientes de todos los países, con aranceles más altos desde el 9 de abril para quienes tengan un mayor déficit comercial con EE.UU. Este arancel recíproco se suma a los aranceles ya existentes en los países. Por ejemplo, para China se aplica un arancel recíproco de 34% que se suma al 20% ya impuesto a principio de este año, lo que deja al país con un arancel por más del 50%. Entre las economías con mayores aranceles recíprocos se encuentra Vietnam (46%), Taiwan (32%), (Japón 24%) y la Unión Europea (20%). Algunas de las autoridades han tomado represalias rápidamente (como China, que anunció un arancel del 34% a los bienes importados desde EE.UU), mientras que otros países continúan abiertos a negociaciones.

En América Latina, los aranceles serán mayormente bajos (10%) en relación con otras regiones como las mencionadas en el párrafo anterior, excepto Guyana (37%), Nicaragua (18%) y Venezuela (15%). Canadá y México quedaron exentos de estas medidas, a la espera de negociaciones con EE.UU. Por el momento, los productos que cumplan con el Acuerdo de Libre Comercio entre EE.UU, México y Canadá (T-MEC) seguirán teniendo un arancel del 0% y los productos que queden por fuera, el 25%.

En cuanto a los aranceles a Argentina, se estableció un piso de 10% que se suma a los aranceles previamente establecidos. Los mismos varían según el tipo de producto, desde 0% en el caso de vidrios o productos eléctricos importados desde EE.UU. hasta 11,2% en el caso del transporte. Los aranceles al acero y aluminio permanecen en 25%. El impacto de la medida en Argentina es incierto ya que, si bien es esperable que nuestras exportaciones se encarezcan y disminuya la demanda, también podría representar una oportunidad para seguir siendo competitivos frente a países con aranceles más altos. Además, la reconfiguración de la cadena de suministro en EE.UU. podría abrir oportunidades para diversificar nuestra canasta exportadora y fortalecer nuestra inserción en sectores estratégicos, teniendo en cuenta que EE.UU. es el tercer socio comercial de Argentina y el 67% de las exportaciones a EE.UU. está concentrada en pocos productos, como el petróleo, oro, aluminio, nafta, vinos, carne bovina, miel, y cueros.

A corto plazo, el aumento de aranceles a las importaciones podría impulsar la inflación estadounidense, lo que llevaría a la Reserva Federal a mantener tasas de interés elevadas. Sin embargo, la desaceleración del crecimiento estadounidense genera presiones en sentido contrario, favoreciendo una reducción de tasas. En efecto, el mercado espera ahora cuatro recortes de tasa durante el año mientras que antes de la medida sólo contemplaba dos. Al mismo tiempo, la incertidumbre sobre la continuidad de la guerra arancelaria debilita aún más la demanda global. Si prevalece este último efecto y la FED anticipa un recorte de tasas, los países emergentes podrían beneficiarse en el mediano y largo plazo a través de una mayor entrada de capitales, abaratamiento del crédito internacional y un repunte en los precios de los commodities, aunque bajo este contexto, los precios dependerán principalmente de la demanda global

Por lo pronto, tanto los mercados internacionales como el mercado local reaccionaron muy mal a la medida: las bolsas estadounidenses registraron las mayores caídas diarias desde la pandemia (Nasdaq -6% jueves y -6% hoy, S&P -5% el jueves y -6% hoy), el rendimiento del Bono del Tesoro de EE.UU. a 10 años cayó de 4,2% a 4%, el índice Dólar cayó 1,6%, aunque recuperando hoy, y el índice VIX tocó los 44 puntos (máximo desde pandemia también). En cuanto a los commodities, las mayores caídas se dieron en el petróleo (-10% entre ayer y hoy, principalmente por un incremento en la producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para el próximo mes, que ejerció una presión adicional a la baja del precio), el oro (-4%) y la soja (-3,4%). En el mercado local, las acciones más golpeadas hoy fueron SUPV (-11%), BBAR (-10%), COME (-9,7%) e YPFD (-9,3%) y los bonos soberanos en moneda extranjera cayeron 1,8% en su paridad promedio ponderada (-2,7% en dos días). Así, el Merval en dólares cayó 13,4% entre ayer y hoy y el riesgo país trepó hasta los 943 pbs, aunque retrocediendo levemente hacia el final de la jornada.

Compartir
Compartir
Compartir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

This site is protected by reCAPTCHA and the Google Privacy Policy and Terms of Service apply.

The reCAPTCHA verification period has expired. Please reload the page.