Economía
En el corto plazo, el impacto es positivo. Por un lado, Trump podría mediar favorablemente en la relación con el FMI, en el marco de un nuevo acuerdo. Cabe recordar que USA es el accionista principal -17% de la cuota total-, lo que le otorga una importante influencia y poder de veto. Más allá de su buena relación con Milei, Argentina es una pieza clave en términos geopolíticos (dada la creciente influencia de China en LATAM), que puede tornarse aún más relevante a partir de la mayor confrontación esperada con el gigante asiático. Por el otro, el mercado descontaba la victoria del republicano; si K. Harris hubiera ganado, el precio de los activos locales podría haberse resentido.
Sin embargo, las consecuencias de mediano plazo no son claras; habrá que ver cuánto de lo anunciado en campaña se llevará acabo, y en qué magnitud. Por lo pronto, lo propuesto en materia de política comercial y fiscal puede ser perjudicial para la Argentina, por su potencial impacto en las tasas de interés. En relación con lo primero, Trump ha declarado que aplicará un arancel del 10%-20% a todas las importaciones, gravamen que sería mucho mayor para el caso de China. Esto se traducirá en un mayor nivel de precios para la economía estadounidense; y, si bien es de esperar que la FED continúe recortando su tasa de referencia, puede que la baja sea más gradual.
Por su parte, el flamante presidente prometió quehará permanentes los beneficios fiscales y recortes de impuestos introducidos durante su primer mandato bajo la ley “Tax Cuts and Jobs Act”. Menores ingresos y mayores gastos -en Defensa, Salud, Educación- presionarán sobre el resultado fiscal, que ya cerraría en -6,5% del PBI en 2024. Para financiar este rojo, el gobierno deberá incrementar su nivel de deuda[1], lo que aumentará el rendimiento de los bonos del Tesoro. Esta situación, además, podría agravarse con el tiempo: el FMI advierte que, dado el mayor gasto esperado en salud y seguridad social por el envejecimiento poblacional, el gobierno general debería obtener un superávit primario de 1% del PBI en el mediano plazo para que la deuda sea sostenible.
Un dólar más fuerte podría tener varios impactos negativos para Argentina: reducción del ingreso de capitales, depreciación de monedas emergentes, y caída en el precio de los commodities. En cuanto a esto último, además, habrá que seguir de cerca a la soja (se espera que haya sobreoferta en 2025, lo que ya se refleja en menores precios).
Pero también puede haber beneficios inesperados; en particular, en lo que hace a la “guerra” comercial con el gigante asiático. En este sentido, basta con repasar lo sucedido durante su primer mandato, en el que se dio un fenómeno particular: el precio de la soja en la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) se desacopló del de Chicago. En el momento de mayor tensión, cuando EE. UU. introdujo un arancel del 25% sobre productos tecnológicos de China, y este disminuyó las compras de la oleaginosa estadounidense y le aplicó un gravamen del 25%, la cotización de la soja en la BCR fue 15% superior, en promedio, a la de Estados Unidos -ver el primer gráfico; área sombreada azul-.
En resumen: en el corto plazo, la victoria de Trump puede ser beneficiosa para el país; en el mediano, habrá pros y contras y el resultado final no está claro.
[1] Según el escenario base del Fondo, la deuda bruta del gobierno general pasaría de 121% del PBI en FY2023 a 144% en 2033.
Finanzas y mercados
La victoria del nuevo presidente de los EE.UU y sus propuestas mencionadas en la sección anterior impactaron de inmediato en los mercados. Los rendimientos de los Bonos del Tesoro (libres de riesgo) reaccionaron al alza: la tasa del Bono 10Y creció 0,15 p.p. en un día y alcanzó 4,4% (marcando un nuevo máximo desde junio de 2024) – suba vinculada al mayor riesgo que supondrá un mayor endeudamiento y un riesgo adicional asociado al tono político empleado por Trump que generó inestabilidad en el mercado de bonos, aunque cierra la semana en 4,2%, similar al cierre de la anterior.
Lo anterior vino acompañado de una apreciación del dólar estadounidense, el Dollar Index (DXY) creció 1,6% en el día y tocó un nuevo máximo desde fines de junio del presente año. En contraposición, las monedas emergentes, que ya venían anticipando el resultado de las elecciones, se depreciaron más fuertemente en los últimos días. La moneda brasilera alcanzó los 5,9 reales por dólar a principios de esta semana y para afrontar la devaluación el Banco Central de Brasil decidió incrementar la tasa de referencia 0,50 p.p., llevándola desde 10,75 hasta 11,25%. Tras la confirmación de lo que se esperaba, las monedas retrocedieron (el real cerró hoy en 5,7).
Mientras los mercados reaccionaron al alza – ese día el S&P 500 creció 2,4% y el Nasdaq 2,5% -, los precios de algunos commodities retrocedieron ante el fortalecimiento del dólar, como el precio del petróleo y el oro, que registraron tras la noticia caídas de 0,8% y 2,7% diarias, respectivamente. Sin embargo, el oro sigue siendo el gran ganador del año, con una suba acumulada del 30%. Los commodities relacionados con el agro presentaron una caída ese martes, pero en los días posteriores más que recuperaron: el precio de la soja cayó 1,4% en un día, pero en los últimos tres días creció 3,5%. Por su parte, Bitcoin registró un nuevo máximo histórico y subió hasta 9% en un día hasta alcanzar los 76.000 USD (recordemos que, en una declaración de mayo, el entonces candidato a presidente anunció que si votaban por él prometía conmutar la pena de Ross Ulbricht, el creador Silk Road, algo muy bien recibido por el mercado de las criptomonedas).
En el plano local la noticia acompañó la buena performance que venían registrando el mercado:el precio promedio ponderado de los soberanos en dólares creció 1,9% el día de los resultados y continuaron con la suba en la última semana de 3,3%, mientras que el riesgo país cerró en 850 pb. y el MERVAL USD cerró en +6,2% semanal.
El otro acontecimiento importante de la semana fue la decisión de la FED de recortar 0,25 p.p. su Tasa de Política Monetaria (TPM) – de acuerdo con lo que esperaba el mercado-, que quedó definida en el rango de 4,50%-4,75%. El statement publicado por el Comité de Política Monetaria dejó ver un menor optimismo con respecto al anterior (de septiembre), reconociendo un “relajamiento” en el mercado laboral en general y una performance de la inflación que ya no les atribuye la misma confianza que tenían hace dos meses atrás. El 18 de diciembre será la próxima reunión del Comité, en la que el mercado espera (al día de hoy con una probabilidad de 68%) otro recorte de 0,25 p.p.