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¿Cómo reaccionó el mercado a la victoria de Massa?

Otra sorpresa electoral: Sergio Massa se impuso con el 36,68% de los votos, seguido por Javier Milei (29,98%). El mercado mostró un comportamiento mixto después del domingo: cedió la presión dolarizadora, pero se desplomaron bonos y acciones. Ahora, el ministro-candidato hará todo lo que esté a su alcance para que la economía llegue sin mayores sobresaltos al balotaje; en particular, buscará contener la presión cambiaria y la escalada de precios internos. Pese a la calma transitoria poselecciones, la situación sigue siendo crítica. El optimismo de cara a 2024 es cada vez menor.

Contundente victoria del oficialismo

Al igual que en las PASO, el resultado electoral sorprendió a casi todos: Sergio Massa se impuso con el 36,68% de los votos en primera vuelta, seguido por Javier Milei (29,98%) y Patricia Bullrich (23,83%). Si bien era esperable que haya balotaje, pocos vieron venir el notable crecimiento del oficialismo: UxP pasó de 6.460.689 millones (M) de sufragios en las primarias a 9.645.983 M el domingo (+3,2 M).

De esta manera, el ministro-candidato llega mejor posicionado al 19 de noviembre, aunque la elección sigue abierta y la principal incógnita es hacia dónde migrarán los votos de JxC (6,3 M). En este sentido, durante los primeros días de la semana ya hubo movimientos a nivel dirigencial: mientras que Bullrich y Mauricio Macri apoyaron explícitamente al candidato de LLA, gran parte de la coalición (CC, UCR, una fracción del PRO -Larreta, y Vidal, por ejemplo- y los gobernadores electos) manifestó su neutralidad.

En relación con el Congreso, habrá una importante expansión del bloque de LLA, que hasta el momento contaba solamente con tres diputados y ningún senador, mientras que UxP se consolidó como la primera minoría en ambas cámaras -y hasta mejoró su posición en el Senado-. ¿La principal fuerza perdedora? JxC, que poseerá 25 bancas menos en Diputados, y 9 en la cámara alta.

Reacción de los mercados

El mercado mostró un comportamiento mixto después del domingo: i) cedió la presión dolarizadora, pero ii) se desplomaron bonos y acciones.

i) Durante las primeras semanas de octubre, el precio de los dólares alternativos, así como la brecha con el tipo cambio oficial y los futuros del Rofex habían pegado un importante salto. Además, se había profundizado el desarme de plazos fijos en pesos y la salida de depósitos en dólares del sector privado. Estos comportamientos eran el reflejo de, por un lado, el temor ante una eventual dolarización con Milei como Presidente; y, por el otro, la importante expansión del gasto público posPASO, en un momento de caída acelerada de la demanda de pesos.

El resultado del domingo cambió el panorama y dejó con menores chances al candidato de LLA de cara al balotaje -versus lo esperado luego de las primarias-, perdiendo fuerza la posibilidad de una dolarización en 2024. Este nuevo escenario descomprimió un poco la tensión cambiaria; y, tras el pico de la semana pasada, la brecha cayó entre 30 y 70 puntos -aunque sigue en niveles récord-: el precio del blue y del CCL pasó de $1.100 a $990 (-10%) y $860 (-22%), respectivamente. Por su parte, los contratos de dólar futuro de diciembre 2023 cerraron en $608 esta semana, cuando el día previo a las elecciones estaban en $820.

ii) Muy distinta fue la reacción del mercado bursátil: por un lado, hubo una caída generalizada en el precio de las acciones locales (con pérdidas de hasta 25% en el valor de algunos activos), y el Índice Merval cerró un 18% por debajo de su valor en pesos pre-elecciones; mientras que, por el otro, la cotización en dólares de los bonos soberanos también se derrumbó, cuya contracara fue un alza en el riesgo país, que cerró este viernes en 2.560 puntos (frente a 2.412 el 20 de octubre).

Lo anterior puede estar reflejando un mercado que, tras los resultados del domingo con JxC fuera del balotaje, le asigna una menor probabilidad de éxito a un eventual plan de estabilización en 2024, sea quien fuere el ganador en noviembre. En particular, crecen las chances de un evento disruptivo de deuda el año próximo, ante una consolidación fiscal que podría dilatarse más de lo esperado -pese a los anuncios del actual ministro-.

El escenario de las próximas tres semanas

El ministro-candidato Massa hará todo lo que esté a su alcance para que la economía llegue sin mayores sobresaltos al balotaje; en particular, buscará contener la presión cambiaria y la escalada de precios internos.

Para ello, una de las prioridades será mantener fijo el tipo de cambio oficial en $350. Con este objetivo en mente, el lunes se amplió el “Dólar Agro” a todas las exportaciones de bienes y servicios, permitiéndoseles liquidar el 70% en el MULC y el 30% restante al CCL hasta el 17 de noviembre. En otras palabras: el Gobierno devaluó más de un 40% de manera encubierta. Por otro lado, se seguirá ajustando a la demanda, principalmente a los importadores (la ampliación del swap con China trae algo de alivio en este sentido, al poder financiar parte de las importaciones mensuales).

Por su parte, en materia inflacionaria, el riesgo de una espiralización en noviembre se disipa, y la dinámica estará marcada por algunas fuerzas contrapuestas. A favor jugará la fijación del tipo de cambio oficial, así como una menor volatilidad en los mercados alternativos -al menos durante esta semana-. Además, con Massa en carrera, las chances de que las empresas respeten los acuerdos de precios incrementan. Sin embargo, la devaluación encubierta, las crecientes restricciones a las importaciones, y una importante inercia inflacionaria seguirán presionando al alza. Con todo, aún cabe esperar una inflación mensual de dos dígitos para lo que resta del año.

Comentarios finales

Pese a la calma transitoria poselecciones, la situación sigue siendo crítica, y ninguno de los desequilibrios macro ha desaparecido: inflación corriendo a un ritmo mensual de dos dígitos, con una notable dispersión de precios relativos -inflación reprimida-; un tipo de cambio oficial que se atrasó más de 30% desde la devaluación posPASO; una brecha cambiaria en niveles récord; reservas netas negativas en USD 7.500 M, que caerán aún más cuando se le pague más de USD 3.000 M al Fondo en los próximos días; un desbalance fiscal y monetario in crescendo, de tamaño preocupante; entre otros.

De esta manera, quien gane las elecciones deberá pilotear una economía muy frágil, a lo que se suma un cuadro social crítico, con más del 40% de la población en situación de pobreza; y un escenario político complejo, con un Congreso muy fragmentado que obligará al próximo Presidente a tejer acuerdos para poder avanzar en las reformas que el país necesita. El optimismo de cara a 2024 es cada vez menor.

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