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Balanza comercial: ¿cómo vino abril y qué esperar a mediano plazo?

Economía

Con exportaciones e importaciones que alcanzaron los US$6.664 M y US$6.460 M, respectivamente, la balanza comercial de bienes fue superavitaria por US$204 M en abril. En términos anuales, se redujo 89% (-US$1.600 M).

Las ventas al exterior aumentaron 2,3% i.a., producto de una suba de 3,2% en las cantidades y una merma de 0,8% en sus precios. De esta manera, los volúmenes exportados retomaron la senda de crecimiento (habían caído en marzo, tras 14 meses consecutivos de incremento), aunque el ritmo de expansión sigue lejos de lo evidenciado en 2024, cuando crecieron 26,3% en el año y 35,1% i.a. en el último trimestre. Pese al menor dinamismo, están en máximos históricos (ya en febrero se superó el pico de 2012, tomando un promedio móvil de 12 meses).

Por su parte, las importaciones subieron 37,3% i.a., como consecuencia de una contracción de 3,2% en sus precios y un notable aumento de 41,9% en sus cantidades. Este salto estuvo en línea con lo que ha venido sucediendo desde diciembre (a partir de entonces subieron 43,3% i.a. en promedio), y se explica por i) la eliminación del impuesto PAIS, ii) la recuperación económica, iii) un tipo de cambio real menor que en 2024, y iv) una baja base de comparación.

Un dato para destacar es que el superávit energético sigue consolidándose: fue US$573 M en abril y US$2.684 M en el 1° cuatrimestre. Al aplicar una media móvil de 12 meses, el saldo se alinea con los valores récord de 2006/07.

En relación con lo anterior, mucho se habla acerca de Vaca Muerta y la minería como game changers. Dadas las inversiones de los últimos años y aquellas en desarrollo o planificadas, se espera una mejora comercial notable en el mediano plazo: para 2030 la Argentina tendría un superávit energético de US$25.000 M (vs. US$5.730 M en 2024) y exportaría US$19.200 M en minerales (vs. US$4.700 M el año pasado)[1].

Entonces, ¿estamos “salvados”? Lo cierto es que, si bien dichos sectores serán fundamentales, no son suficientes. A continuación se presenta un ejercicio en el que, incluso, la balanza comercial comenzaría a decrecer a partir de 2026 y podría llegar a ser deficitaria en 2030. Se asume i) un crecimiento tendencial del PBI del 3% i.a., ii) una suba de las importaciones de bienes no energéticas de 9,5% i.a. y de servicios de 5% i.a., iii) un aumento de las exportaciones del 2% i.a. (excluyendo minería y energía, para lo que se usan las estimaciones del gobierno).

Asimismo, algo a considerar es que la cotización de los commodities energéticos es bastante volátil, con lo cual las proyecciones del gobierno, que pueden cumplirse en términos de cantidades, no necesariamente lo hagan en valor. Por ejemplo, el barril de petróleo brent promedió US$80 en 2024 y hoy se ubica en torno a los US$65 (-20%). Queda claro que el resultado final dependerá de los supuestos adoptados. Sin embargo, es evidente que, si el país logra dejar atrás el estancamiento de los últimos 15 años, necesitará una cantidad significativa de divisas,más aún si se profundiza la apreciación del peso. Vaca Muerta y la minería jugarán un rol central, pero no serán suficientes. 


[1] Las estimaciones son del BCRA y la Secretaría de Minería.

Finanzas y mercados

En el plano local, los mercados parecen haber tenido una reacción positiva a los anuncios del gobierno, luego de que se publicara el Plan de Reparación Histórica de los Ahorros de los Argentinos, una medida que apunta a reducir los controles fiscales sobre los consumos, ahorros y gastos de los argentinos. Paralelamente, las autoridades avanzaron en preparar las condiciones para la emisión de bonos peso-linked por parte del Tesoro Nacional, al permitir que los inversores extranjeros puedan suscribir los bonos directamente con dólares, sin tener que realizar previamente la conversión a pesos, como estaba delineado anteriormente.

Las expectativas del mercado apuntan a que el Gobierno pueda recaudar, a través de esta vía de emisión de deuda en dólares, al menos la mitad de los ingresos necesarios para cubrir las metas de reservas de junio. Veremos si la oferta se concreta en el llamado a licitación del lunes que viene. De todas formas, consideramos que, aunque no se cumplan las metas de reservas, esto no generará ningún impedimento en que Argentina reciba los 2.000 millones de dólares de desembolso pendientes a junio, solicitando un waiver.

Los futuros de dólar de más corto plazo retrocedieron 0,8% en promedio en la comparación semanal, los bonos en dólares subieron 1,5% en su paridad promedio ponderada y el riesgo país continuó a la baja, retrocediendo desde 676 puntos básicos el viernes pasado hasta 665 puntos hoy. El MERVAL medido en dólares creció 1,9% semanal y continua mayormente impulsado por las empresas del sector energético, como Loma Negra que subió 12,6% en esta última semana.

En sentido opuesto, los mercados internacionales reaccionaron negativamente a los nuevos anuncios de Donald Trump, que apuntaron a endurecer nuevamente las condiciones arancelarias de ciertos productos y grupos de países. En primer lugar, Trump anunció su intención de imponer un arancel del 50% a los productos importados de la Unión Europea a partir del 1 de junio, justificando esta medida citando un déficit comercial anual de más de 250.000 millones de dólares con el bloque europeo. Asimismo, el mandatario planteó la posibilidad de aplicar un impuesto del 25% a Apple si mantiene la producción de iPhones fuera de Estados Unidos.

Ante las mayores presiones sobre esta guerra arancelaria que parece no tener fin, el S&P 500 cayó 2.6% y el Nasdaq 2,7% durante esta semana. Además, el creciente riesgo sobre la sostenibilidad de la deuda de Estados Unidos, tras la rebaja en la calificación de Moody’s Ratings y niveles máximos en los Swaps de Default Crediticio – que alcanzaron niveles superiores a 2008- , impactó en el rendimiento de los bonos del Tesoro, que repuntaron hasta 4,6% en el caso del bono a 10 años, el mayor registro desde febrero de este año, que había alcanzado 4,8%, cuando se comenzaban a profundizar las presiones arancelarias y se gestaba la expectativa de menor crecimiento global -aunque retrocediendo a 4,5% en el final de la jornada de hoy-.

Esto implica un doble efecto para Argentina. Por un lado, un dólar más débil puede ser beneficioso a partir de la migración de capitales que se dirijan hacia economías emergentes y la revaloración de precio en commodities. Sin embargo, hoy los más beneficiados son las economías avanzadas porque los flujos de inversión están migrando hacia ellos (Japón o Suiza) y también a activos seguros como el oro (+2% durante la jornada). Pero, por otro lado, una tasa libre de riesgo de Estados Unidos que se mantiene elevada encarece el costo del financiamiento internacional lo cual es algo negativo a la hora de volver a acceder nuevamente a los mercados internacionales de deuda.

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