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La inflación de marzo será “pico”

El título destaca la frase del presidente de la Nación días antes de conocerse el dato de inflación para el mes de marzo. La frase probablemente sea acertada si la referencia es mensual, pero no así si apunta a la interanual, dado que, pese que a haber mostrado un aumento del índice general de precios de 54,7%, los próximos dos meses ofrecerán índices superiores.

El índice general de precios al consumidor de marzo evidenció una suba del orden de 4,7%, marcando la inflación mensual más elevada desde octubre de 2018 y la medición interanual más alta desde el comienzo de la actual gestión. De esta manera, en el primer trimestre del año la inflación acumulada es de 11,8% y supera ampliamente a los trimestres comparables de años anteriores.

Cabe destacar que, a lo largo del acumulado de 12 meses, se encuentran notables diferencias entre los aumentos de precios regulados (+58,9%), estacionales (+40,9%) y la núcleo (+55,5%) con la inflación general. Sin embargo, en marzo este movimiento resultó muy similar, con avances de 4,9%, 4,8% y 4,6% respectivamente. Desacreditando la influencia puntual de alguno de los segmentos.

Dentro de los 12 segmentos relevados por el INDEC, en marzo se destacó el avance del concepto educación (+17,9%) y de prendas de vestir y calzado (+6,6%), ambos con un fuerte componente estacional. Por su parte, la medición acumulada destaca que solamente el sector de comunicaciones no se encuentra por encima de los primeros trimestres de los años previos, mientras que los 11 restantes, sí. El dato más preocupante está ligado al rubro de los alimentos, dado que con una ponderación superior al 36% sobre total del indicador, mostró un crecimiento mensual de 6% e interanual de 64%. Este factor será de incidencia fundamental en el indicador de pobreza, dado que este se mide sobre la canasta básica alimentaria, que hoy se encuentra por encima del avance general de precios y sobre todo, por delante de los salarios.

A partir de este dato, el BCRA tomó ciertas medidas respecto de su actual esquema monetario:

  1. La entidad fijará las Zonas de No Intervención en los valores del día del anuncio (16/4). Lo que significa un valor de $ 39,75 para la zona inferior y de $ 51,45 para la superior.
  2. Deja sin efecto la posibilidad de comprar dólares por parte del Banco Central en caso de que el valor de la divisa norteamericana perfore la ZNI inferior, hasta el 30 de junio.
  3. Continuar impulsando la competencia del sistema bancario, para que los mismos otorguen mejores rendimientos en sus tasas pasivas.

De esta manera, el Banco Central busca reducir la volatilidad de una de las 3 principales variables que mueven al sistema de precios de la economía local, el tipo de cambio. Mantener fijo el límite superior de la Zona de No Intervención da una perspectiva más clara de cual puede ser el sendero máximo del dólar, puesto que, por encima de este valor, el BCRA dispondrá un total de ventas diarias de US$ 150 millones, que se suman a la venta los US$ 60 millones diarios, ejecutados por el Ministerio de Hacienda, que durará hasta noviembre. Los futuros de dólar reaccionaron ante estas medidas y retrocedieron cerca de 4% en tan solo una jornada, alcanzando un valor de $ 58,5 en diciembre del corriente año.

Sumado a estas medidas de índole monetaria, el gobierno ejecutó un plan de medidas sociales y económicas para sortear la crisis que acecha al consumo ante una inflación que no cede. Las mismas tienen que ver con mantener precios estables de 64 productos relacionados a la canasta básica, en un consenso que se ha realizado con más de 16 empresas líderes en consumo masivo. También se lanzaron líneas de créditos para los beneficiarios de la ANSES de hasta $ 200.000 que podrán ser devueltos hasta en 60 cuotas y tendrán tasas preferenciales, sumado a una red de descuentos de entre 10% y 25% en productos de primera necesidad. Además, el gobierno Nacional se comprometió a no aumentar las tarifas de electricidad, ni el transporte y aplanar los aumentos de la tarifa de gas, previamente anunciado. Estas medidas tendrán un costo fiscal cercano a $ 9.000 millones, o 0,06% del PBI, sin tener un fuerte impacto sobre las metas fiscales de 2019, que no han sido modificadas.

En síntesis, la batalla contra la inflación de este año está perdida, y tiene un piso de 38% según estimaciones propias. Las medidas estructurales solo podrán tener lugar el año próximo solamente si el gobierno logra llegar a las elecciones revirtiendo la actual imagen, que cae en línea con el poder adquisitivo.

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