La noticia más relevante de la semana tuvo que ver con el apoyo que otorgó el Fondo Monetario Internacional al gobierno en cuanto a la estrategia de renegociación de la deuda. En las propias palabras del comunicado emitido por el FMI “el personal del FMI notó que la capacidad de enfrentar el nivel y el servicio de la deuda pública de Argentina se deterioró significativamente en comparación con el último análisis de sostenibilidad de la deuda del FMI, publicado en julio de 2019 […] De hecho, desde julio de 2019, el peso se ha depreciado en más del 40 por ciento, el riesgo soberano ha aumentado cerca de 1100 puntos básicos, las reservas internacionales han disminuido alrededor de US$ 20 mil millones y el PIB real se ha contraído más de lo que había sido proyectado. Como resultado, la deuda pública bruta aumentó a cerca de 90 por ciento del PIB a fines de 2019, 13 puntos porcentuales más que la proyección en el momento de la Cuarta Revisión.”
Con estos argumentos e Fondo cambió la calificación de la deuda pública argentina desde “sostenible con baja probabilidad” en julio de 2019 a “insostenible” durante esta semana. Claramente, como lo hemos analizado en detalle en reiteradas ocasiones, el shock electoral que implicó el resultado de las PASO cambio por completo el escenario macroeconómico argentino, y la sostenibilidad de la deuda no es ajena. Ante este nuevo escenario el fondo avaló al nuevo equipo económico en la intención de negociar la deuda con los acreedores privados incluyendo una “contribución significativa” por parte de los acreedores. Este mensaje puede ser leído en clave de quita, extensión de plazos, reducción de cupones o una combinación de todos estos elementos.
La primera reacción por parte del mercado no fue positiva, ya que en parte el respaldo del FMI fue leído como un respaldo al poco compromiso en relación al equilibrio presupuestario que expuso el ministro Guzmán en la Cámara de Diputados durante la semana anterior. De esta manera, el riesgo país escaló algunos puntos a partir del jueves y se ubica en torno a los 2.055 puntos básicos.
En simultáneo el INDEC continuó difundiendo datos de la evolución de los precios. El índice de precios mayoristas arrojó una expansión del 1,5% durante enero, al mismo tiempo que las canastas alimentaria y básica se incrementaron en el primer mes del año en 5,7% y 3,6% respectivamente. Esta importante divergencia entre el incremento del costo de la CBA y los precios mayoristas da cuenta de un proceso de redefinición de precios relativos en el cual el control cambiario está ayudando a la desaceleración del promedio de los precios, pero algunos elementos particulares, como los alimentos, que están por fuera del control estatal muestran un crecimiento muy acelerado.
En terreno positivo, se conoció en esta semana también que la actividad hotelera tuvo una expansión del 5,7% en el último mes del año pasado. Este crecimiento interanual en las habitaciones vendidas por los alojamientos turísticos respondió tanto a una expansión del turismo interno como del turismo internacional. De esta manera, el sector cerró el año 2019 con un crecimiento moderado pero positivo: las pernoctaciones de todo el año aumentaron 1,4% en relación al año 2018, uno de los pocos sectores que pudo escapar a la recesión.