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RESUMEN SEMANAL: DEL 30 DE SEPTIEMBRE AL 4 DE OCTUBRE

El Banco Central difundió los resultados del REM (Relevamiento de Expectativas de Mercado) correspondientes al mes de septiembre. Los mismos no presentan un deterioro considerable en el corto plazo, aunque sus estimaciones de largo reflejan un deterioro considerable para el año entrante. En términos de inflación, el 2019 finalizaría con un aumento de precios punta a punta del orden del 55% en tanto que para 2020 la estimación se elevó al 40,5% en promedio. En paralelo con esta dinámica, la tasa de interés tendrá un sendero decreciente hasta alcanzar 73% en el último mes del año, mientras que el tipo de cambio se elevará hasta un valor de $ 65 en el mismo mes. A su vez, se destaca el pronunciamiento de la caída del producto bruto para ambos años en el orden de 0,4 puntos. En 2019 la caída se estima cercana a 2,9% y para el año próximo la contracción alcanzaría un total de 1,5%, explicada en gran parte por el arrastre de este año. Por último, ambos años finalizarán con déficit fiscal primario de 0,7% en 2019 y de 0,4%.

Por su parte, el INDEC dio a conocer los datos de pobreza correspondientes al primer semestre de 2019, los cuales arrojaron los peores números de esta gestión. Los mismos muestran un incremento de 8,1 puntos en relación al mismo período del año previo, y alcanzó a un total de 35,4% de personas, o lo mismo, a un 25,4% de los hogares. En números, esto significa que, de una muestra de 28.295.683 de personas, 10.015.728 se encuentran por debajo de la línea de pobreza, de las cuales 2.169.496 son indigentes (7,7%). El dato más preocupante de esta dinámica es que el segmento más afectado resulta el de los menores de 0 a 14 años, que presentaron el mayor incremento y ya alcanza un total de 52,6%. A su vez, el grupo etario de mayor edad registra la menor tasa de pobreza: 10,4%.

También se difundieron los primeros resultados en materia de actividad económica tras los sobresaltos financieros luego de conocido el resultado de las PASO. El índice de producción industrial arrojó una contracción interanual de 6,4%, al tiempo que frente a julio la caída fue de 2,8% en la medición desestacionalizada. De esta manera, acumula una baja acumulada de 8,1% en los primeros ocho meses del año, en relación al mismo período de 2018. El sector de la construcción reafirma estos números tras reflejar una caída del orden de 5,9% interanual y un acumulado total de 8%, similar al de la industria. La diferencia es que en términos mensuales presentó un avance de 0,4% en la medición de desestacionalizada.

A los síntomas de la recesión se suman los resultados de la recaudación del mes de septiembre que han vuelto a marcar una fuerte caída en términos reales. Mientras que la inflación superará el 5% en el noveno mes del año, alcanzando una variación anual superior al 55%, la recaudación tributaria presentó un avance de solamente 42,7% tras alcanzar $422.012 millones. El renglón más afectado resultó el asociado al de seguridad sociales con un aumento del 24,8%, principalmente explicado por el crecimiento de los aportes de tan solo 13,6%, debido a la bonificación otorgada sobre los aportes personales de los empleados de salarios brutos de hasta $60.000.

Por último, el FMI nombró a su nueva directora, la socióloga y economista búlgara, Kristalina Georgieva. Ella fue la encargada de suceder a David Lipton, director temporal luego de la renuncia de Christine Lagarde al frente de la entidad. Kristalina será la encargada de llevar adelante las nuevas negociaciones con Argentina, en la misión que concurrirá a Washington en menos de dos semanas.

El gráfico de la semana


La tasa de pobreza del primer semestre del año arrojó un valor del 35,4%. Este número representa un aumento anual de 8,1 puntos porcentuales. Pero el crecimiento de la pobreza es más significativo aún si comparamos la cifra con el mínimo alcanzado durante el gobierno de Mauricio Macri, a finales de 2017. Respecto de aquel 25,7%, la pobreza muestra un crecimiento de casi 10 puntos porcentuales. El fin del financiamiento en abril del año pasado desató una profunda crisis que impactó en los indicadores sociales a través de la depreciación de la moneda, la aceleración inflacionaria y la caída de los ingresos reales. Si bien el desempleo aumentó, no se verifica una destrucción de puestos de empleo como para que sea considerado un factor de empobrecimiento. Lo que ocurre es que los ingresos reales derivados de esos empleos se han deteriorado significativamente en relación a los vigentes a fines del 2017.

En el gráfico pueden identificarse cuatro fases en la evolución de la pobreza desde el año 2008. La primera fase, entre 2008 y 2013 muestra una reducción de los niveles de pobreza de unos 8 puntos aproximadamente. Con la crisis cambiaria de enero de 2014, la tasa de pobreza se incrementa hasta el 32,4%, tasa similar a la primera que registró el INDEC durante el gobierno de Macri. A partir de allí se observa una nueva fase descendente que culmina en el segundo semestre de 2017 con una tasa de pobreza del 25,7%, la más baja registrada en varias décadas. La última fase es nuevamente ascendente dejando a los niveles actuales en valores similares  a los del año 2008. Este comportamiento zigzagueante de la tasa de pobreza es casi idéntico al que puede verificarse cuando se analiza la evolución del PBI y de los salarios reales. La economía argentina enfrenta problemas estructurales desde fines de 2011 que, hasta que no sean resueltos, seguirán condicionando el desempeño de todas sus variables.

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