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Resumen de la semana: del 26 al 29 de diciembre

En la semana se dieron a conocer una gran cantidad de datos e indicadores de la economía real que en su gran mayoría muestran un panorama económico alentador. Sin embargo, la preocupación por el aumento del déficit comercial, los cambios anunciados en la meta de inflación y el movimiento en la cotización del dólar pusieron su cuota de preocupación y pesimismo dejando desdibujados a los datos positivos.

Tanto el estimador mensual de la actividad económica como el estimador de actividad industrial mostraron crecimiento interanuales y mensuales desestacionalizados que dan cuenta de la continuación de la recuperación y crecimiento económico. En octubre la economía creció un 5,4% interanual y un 0,2% con respecto a septiembre mientras que en el anteúltimo mes del año el sector industrial tuvo una expansión del 3,5% interanual. En sintonía el sector de la construcción experimentó una tasa interanual de crecimiento del 21,6%, lo que implica en el acumulado una tasa del 12,6% a tan solo un mes de finalizar el año. De este modo, el sector se ubica entre los más dinámicos del año y cerrará el 2017 recuperando todo el terreno perdido a lo largo del año pasado.

Con respecto a los salarios, tanto los números del Ministerio de Trabajo como los del INDEC (que releva también al sector informal) mostraron crecimientos reales de los ingresos de los trabajadores. Según el INDEC el promedio salarial tuvo un aumento entre enero y octubre del 24,2% mientras que en ese período el avance de los precios quedó por debajo del 20%. Es decir que, considerando los primeros diez meses del año, el nivel promedio de los salarios tuvo una recuperación interanual del orden del 4%. Estos datos, sumados a la gran masa de recursos destinada a las prestaciones sociales son los factores que están por detrás de la importante caída del índice de Gini que registró el INDEC en el tercer trimestre del año. El índice que busca captar la evolución de la desigualdad de ingresos en una sociedad tuvo una reducción interanual superior al 5% como consecuencia de que los ingresos de los deciles más bajos en la escala de ingresos tuvieron un crecimiento considerablemente mayor al de los más altos y, en particular, al del decil más rico.

Sin embargo, como adelantábamos, no todas son buenas noticias. Con respecto al intercambio comercial, los números de noviembre dan cuenta de un desequilibrio externo cada vez más importante. En los primeros once meses del año, las importaciones superaron a las exportaciones por más de 7.500 millones de dólares lo que deja a las estimaciones para fin de año bastante por encima de lo esperado. Lo preocupante no es tanto el gran dinamismo que están mostrando las compras en el exterior sino la poca reacción de las exportaciones argentinas que muestran un crecimiento de apenas el 1% interanual.

Por último, en la mañana del jueves tuvo lugar una conferencia de prensa de todo el equipo económico para anunciar la modificación de las metas inflacionarias para los próximos años. Inmediatamente luego del anuncio, el BCRA convalidó reducciones en las tasas de interés de los distintos plazos de Lebacs acordes a las nuevas metas menos exigente. Como consecuencia el dólar volvió a subir, en esta oportunidad en más de un 3%. De esta forma, la divisa que había estado muy estable desde la victoria del oficialismo en las elecciones, acumuló en solo dos semanas un alza de casi 2 pesos, aproximadamente un 10%, llegando a un máximo de $19,46 en el día de ayer. Es cierto que el tipo de cambio se encontraba retrasado con respecto a la evolución del promedio general de precios, lo que no es deseable desde el punto de vista de la competitividad del sector transable. Sin embargo, las correcciones tan abruptas aún generan tensión en el mercado argentino que no está acostumbrado a los movimientos erráticos de un esquema de flotación relativamente libre.

 

El número


Es lo que creció el empleo registrado por el Ministerio de Trabajo de la Nación en el mes de octubre interanual. Esta tasa representa la expansión interanual más importante desde noviembre del año 2015, lo que implica una muy buena noticia para el mercado laboral. Sin embargo, a la hora de analizar la composición del crecimiento del empleo, continúa observándose el mismo fenómeno del último tiempo: un avance de la precarización laboral. Es decir, la expansión que está mostrando el mercado laboral responde más al crecimiento de los registros de monotributo y monotributo social que a una genuina creación de puestos asalariados en el sector privado de la economía. Además, si bien el ritmo es mucho menor al que se observaba durante el kirchnerismo (y parece continuar desacelerándose), el empleo público continúa cumpliendo un rol importante en el mantenimiento del empleo, con una tasa interanual del 1,3% para el décimo mes del año. De todos modos, de continuar con la consolidación del crecimiento económico y a medida que avancen las reformas tributarias y laboral debería comenzar a dinamizarse la creación de empleo más estable como es el de los asalariados privados. Es de destacar, de todos modos, que en los últimos seis meses este componente del mercado laboral viene creciendo a un ritmo de 6.500 empleos promedio por mes.

El gráfico que habla


 

El gráfico refleja el movimiento del nivel general de precios y de la cotización del dólar a lo largo del año. Puede observarse que, desde el comienzo del 2017, la cotización del dólar había venido moviéndose por debajo del promedio general de precios, provocando cierta apreciación cambiaria real, que era el reclamo de los sectores transables (exportadores e importadores) debido a los problemas de competitividad que le generaba. Entre los meses de julio y agosto, en vísperas de las elecciones primarias, la posible victoria de Cristina Fernández en la provincia de Buenos Aires generó movimientos disruptivos en el mercado debido al comportamiento de ahorristas que buscaban proteger sus ingresos en caso de un resultado desfavorable para el oficialismo, lo cuál hubiera implicado complicaciones para el programa económico. Una vez descartada esta posibilidad, y sumado a las tasas ofrecidas por el BCRA como instrumento antiinflacionario y el ingreso de divisas por deuda para financiar el déficit, el dólar atravesó un nuevo período de tranquilidad en el cual comenzó a atrasarse respecto al promedio de los precios de la economía. En los últimos días, sin embargo, debido a factores estacionales (vacaciones) pero principalmente a los anuncios oficiales sobre la flexibilización de las metas inflacionarias y las tasas de política, en muy pocos días el dólar recuperó todo el terreno perdido a lo largo del año, tocando un pico de $19,46.  Si bien el movimiento repentino de la divisa puede generar cierta incertidumbre en el gráfico se ve claramente que el movimiento del dólar no es más que un acomodamiento respecto a lo que fue el desplazamiento de todos los precios de la economía. La flotación medianamente libre que practica el BCRA finaliza así el año, sin haber generado una situación de atraso cambiario.

 


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