Economía
El INDEC dio a conocer los datos de junio relacionados a la industria y a la construcción. Por un lado, el indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC) mostró una baja del 35,2% i.a., mientras que la variación intermensual fue positiva en 2,7%. Por su parte, el índice de producción industrial (IPI) manufacturero cayó tanto en términos anuales (-20,1%) como mensuales (-1,6% s.e.). Lo anterior parece corroborar lo que ya se suponía: la actividad no habría repuntado en junio (ver NEF).
Sin embargo, los datos de alta frecuencia de julio dan cuenta de una incipiente recuperación en la mayoría de los sectores. Entre ellos se destacan los siguientes:
– En primer lugar, los indicadores que tuvieron un mayor crecimiento intermensual:i) patentamiento y producción de autos (38,8% y 38,7%, respectivamente; ii) liquidación de divisas (32,3%); iii) despachos de cemento (25,9%); y iv) patentamiento de motos (21,3%). Además, el nivel de actividad de las empresas más representativas del mercado de la construcción (Índice Construya) también mostro un valor muy positivo, con un crecimiento del 12,1% m/m s.e.
– En segunda instancia, la recaudación tributaria nacional vinculada a la actividad aumentó un 10,3% mensual real, impulsada fuertemente por la suba de las contribuciones patronales (+37,5% m/m). Finalmente, los créditos al sector privado también evidenciaron una clara recuperación, creciendo 13,1% frente a junio 2024.
De todas formas, cabe destacar que dichos indicadores aún se encuentran -en promedio- un 5% por debajo del mismo mes de 2023; de hecho, solo dos de los nueve crecieron en términos anuales (y uno de ellos -liquidación de divisas- se explica por la sequía del año pasado).
En resumen: los primeros datos de julio muestran signos de recuperación en la mayoría de los sectores. De todas formas, no basta con un solo mes como para concluir que la economía retomó la senda del crecimiento. Habrá que monitorear cómo sigue la actividad en los próximos meses; y, en particular, si habrá una recalibración en el esquema cambiario, que tendría un claro impacto en la economía real (ver NEF). Por lo pronto, el gobierno confía en que uno de los motores de la recuperación sea el crédito privado; el cual, tal como se destaca a continuación, viene creciendo de manera ininterrumpida desde abril.
Finanzas
“Fase 2” del programa de estabilización. Las últimas semanas de julio estuvieron cargadas de anuncios monetarios: el 13/07 el gobierno comunicó que esterilizaría los pesos emitidos por la compra de dólares en el MLC (ver NEF); el 18/07 los bancos comerciales rescindieron casi la totalidad de los PUTs en su posesión; y el 22/07 se eliminaron los pasivos remunerados del BCRA (ver NEF). De esta manera, se cerraban las últimas “canillas” de emisión que quedaban abiertas, y se anunciaba el nuevo marco de política monetaria (ver comunicación), en el que i) se fijó un objetivo de cantidad de dinero en relación con la base monetaria (BM) amplia ($47,4 bn), y ii) se definieron los nuevos instrumentos de regulación de liquidez -pases activos; compraventa de LEFIs-.
Pese a lo anterior, el programa monetario continuó siendo expansivo. Entre el 26/07 y el 05/08, la BM aumentó $3,3 bn, como consecuencia principalmente del desarme de LEFIs ($4,3 bn). ¿Dónde fueron estos pesos? En gran medida a engrosar los encajes de los bancos, que aumentaron $3 bn en el mismo período. También hubo un incremento de los depósitos privados ($2,4 bn); y, en consecuencia, del M2 y M3 privados ($2,1 bn y $2,5 bn, respectivamente). Por último, la suba de los depósitos también se explica por los préstamos al sector privado, que aumentaron $1,5 bn desde el 26 de julio -dinámica que viene dándose desde abril-.
Pero la expansión monetaria de los últimos días no debería sorprender. Pese a haber cerrado todos los “grifos” de emisión, la meta que se puso el BCRA de BMA -que, sin los pases pasivos, es igual a la BM- implica una expansión monetaria importante, ya que hoy en día esta se sitúa en torno a los $23 bn. El banco central estima que para diciembre 2026 el nivel alcanzaría los $47,7 bn o 9,1% del PBI, valor “normal” previo a la reimposición de los controles cambiarios en agosto 2019.
Uno de los objetivos de esta nueva etapa es seguir consolidando el proceso de desinflación en curso; lo cual, al menos en términos de expectativas, está sucediendo. Esto puede verse, por ejemplo, en i) el flujo neto de los FCI CER, que desde el 22/07 acumulan un desarme por más de $200.000 M; ii) el último REM, en donde las proyecciones de inflación del Top 10 para los próximos 12 meses pasó de 62,6% en el relevamiento anterior a 45,2% en este; y iii) la inflación implícita de los bonos, que hoy en día es incluso mucho más baja que las de las consultoras privadas.