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En las elecciones del fin de semana pasado el oficialismo logró un contundente triunfo. Con el 42% de los votos a nivel nacional, Cambiemos consolidó su gobernabilidad y el presidente Macri se garantiza algo que en Argentina no ocurre desde el año 1928: que un gobierno democrático no peronista concluya su mandato constitucional.

El gobierno que había asumido a finales de 2015 en total minoría tanto en el Congreso de la Nación como en términos territoriales necesitaba revalidar su victoria en las elecciones de medio término. Con ellas, la representatividad territorial, clave para el manejo de la relación con los gobernadores, aumentó (el oficialismo se impuso en 14 distritos) al igual que las bancas en ambas cámaras del Congreso. De todos modos, las negociaciones con otros sectores continuarán debido a que no se cuenta con mayoría.

Pero más allá de los aspectos estrictamente políticos, el resultado de las elecciones juega un rol positivo en la marcha de la economía de acá en adelante. La re validación de la confianza de la ciudadanía en la administración iniciada a fines de 2015 era un pre-requisito para que el gobierno pudiera continuar con su programa de estabilización macroeconómica y avanzar hacia reformas más ambiciosas y necesarias para el largo plazo. En este contexto, ¿cómo viene la economía hasta el momento? ¿qué se puede esperar hasta 2019?

Lo que viene bien

  • Actividad económica: Desde la salida de la recesión, hacia fines del año pasado, el indicador mensual de actividad del INDEC ha venido mostrando resultados positivos. En los primeros ocho meses del corriente año la recuperación es del 2,4% interanual y esperamos que para el cierre del año, la economía haya rebotado en casi 3% respecto al negativo 2016. Con proyecciones positivas para 2018, se lograrían dos años consecutivos de crecimiento, fenómeno que no ocurre desde el bienio 2010-2011.

  • Ordenamiento fiscal: Si bien con metas más laxas que las anunciadas en un primer momento por el ex ministro Prat Gay, es preciso reconocer que el Ministerio de Hacienda se encuentra muy bien encaminado para cumplir con la meta de -4,2% de déficit primario fijada para el cierre de este año. Con los números de los primeros 9 meses se observa que el gobierno ha sobrecumplido la meta por lo cual es esperable que se adelanten algunos gastos del ejercicio 2018 y, así mismo, se logre cerra el año con un déficit primario menor al fijado en el presupuesto.
  • Financiamiento: El cumplimiento sistemático de las metas es importante para mostrar previsibilidad en cuanto al ordenamiento de las cuentas públicas y responsabilidad frente a los acreedores externos que están financiando la transición hacia el equilibrio fiscal. En relación a ello, el riesgo país se encuentra en los niveles más bajos desde el año 2007 lo que permite abaratar el costo del financiamiento y aumentar la disponibilidad de fondos, factor clave para la factibilidad del gradualismo económico.

Lo que no viene tan bien

  • Inflación: Estimamos que el año cerrará con una tasa de incremento de precios promedio del 23%, unos 6 puntos porcentuales por encima de la meta oficial del Banco Central. Esto indica que el manejo de la política anti-inflacionaria no está siendo tan sencillo como en un primer momento habría creído la dirección del Banco Central. Si bien la tasa de inflación se ubicará en el nivel más bajo desde el año 2009, el desvío respecto de la meta es notable. Probablemente esta desviación se mantendrá en el futuro, haciendo la trayectoria desinflacionaria algo más lenta que la delineada en las metas.
  • Empleo: La creación de empleo es escasa, fundamentalmente en lo que respecta al empleo asalariado privado registrado. Se observa un mayor dinamismo en los registros de monotributistas, un empleo caracterizado por una menor productividad y que aumenta el desfinanciamiento del sistema previsional. A su vez, el empleo público continúa creciendo. Si bien es cierto es lo hace a una tasa considerablemente menor a la de años anteriores, no es razonable pensar que se necesitan mayores recursos humanos en la administración pública.
  • Déficit comercial: El fuerte incremento de las importaciones, como consecuencia de la eliminación de las restricciones comerciales y la reactivación económica, no está siendo acompañado por un dinamismo de igual magnitud de las exportaciones. Esto configura un escenario de creciente déficit comercial, que hoy es financiado indirectamente por la deuda tomada por los gobiernos nacional y provinciales, y enciende una luz de alerta en el mediano plazo.

Las reformas pendientes

El gobierno debiera aprovechar el respaldo popular obtenido en las elecciones para afrontar con capital político una serie de reformas estructurales que son imprescindibles para allanar el camino del crecimiento sostenido en el largo plazo. De lo contrario, las buenas noticias de la actualidad no pasarán más allá de una recuperación cíclica. Algunas de las reformas necesarias son las siguientes:

  • Reforma laboral: se requiere dotar de mayor flexibilidad al mercado laboral para adaptarse a los constantes cambios que gobiernan la economía global. Es imprescindible adaptar la legislación para las nuevas formas de trabajo, reducir costos de contratación y desvinculación, reducir los riesgos relativos a la justicia laboral, implementar nuevas formas de contratación y relacionamiento entre el empleado y el empleador, etc.
  • Reforma fiscal y tributaria: avanzar en la reducción de la carga impositiva, una de las más altas del mundo. Es necesario eliminar una multiplicidad de tributos superpuestos y generadores de ineficiencias, que desincentivan la actividad productiva; avanzar hacia un sistema tributaria más simple y de fácil fiscalización, en el que disminuya la carga y se reparta entre todos los contribuyentes, combatiendo la evasión. A su vez, son necesarios algunos cambios en la estructura y el diseño del gasto, como es el caso del gasto previsional que, dada su configuración, implica un peso cada vez mayor sobre el total de las erogaciones.
  • Apertura económica: la economía argentina se encuentra entre las más cerradas de todo el mundo, al considerar sus ratios de importaciones y exportaciones respecto al PBI. Una inserción mas profunda en el comercio internacional generaría ganancias de eficiencia considerables. para ello es necesario avanzar en la negociación de acuerdos de libre comercio o reducción de aranceles con casi todos los países del mundo, tanto para la exportación de productos locales como para el ingreso de importaciones.

 

En pocas palabras, algunas variables se encuentran encaminadas, a poco menos de dos años de comenzado el gobierno de Macri. Otras se presentan algo más difíciles de reaccionar o incluso están dando señales negativas. Pero lo cierto es que los grandes cambios en materia económica aún están pendientes.

 


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